viernes, 29 de marzo de 2013

Balance de seis meses inolvidables


Ayer fue mi último día de trabajo en el Parlamento (sí, ayer Jueves Santo) y mañana cojo ya el avión de vuelta a Canarias y doy carpetazo a esta gran aventura luxemburguesa. Toca, por lo tanto, hacer un balance de esta experiencia y rescatar todo aquello que he vivido y aprendido (o aquellas cosas que pueda identificar, pues la experiencia adquirida muchas veces es imposible de delimitar y definir).

En primer lugar, y aunque esto no me lo haya dado el Parlamento en sí, tengo que decir que trabajar en este blog y leer sin mesura otros blogs de traducción ha traído consigo dos aportaciones muy importantes. La primera, conocimientos. Mil y una cosas de todos los ámbitos de la traducción y de la interpretación que no aprendemos en la carrera: experiencias de otras personas, opiniones, debates, datos prácticos y la gratificación de contar yo misma lo que hago y ser de utilidad o interés para otros. La segunda: mucha energía positiva, ganas de labrarme un futuro, ánimos e ilusión. Rodeados como estamos de tanto negativismo, esto es impagable. Por ello, a todos aquellos que componen la blogosfera de la traducción: gracias de corazón.

Sin embargo, aunque sentía la necesidad de decir esto, voy a centrarme ahora en aquello en lo que debería: la experiencia como becaria de traducción en el Parlamento Europeo.

Incluso por encima de los conocimientos y la práctica de traducción, coloco otro elemento: haber tenido la oportunidad de vivir la grandísima multiculturalidad de Luxemburgo y, en particular, de las instituciones europeas. Probablemente nunca vuelva a escuchar tantas conversaciones en tantos idiomas distintos sin pararme siquiera a reflexionar sobre ello. Personalmente, esta experiencia ha sido mucho más multicultural que mi año Erasmus. No sé si habrá sido solo en mi caso, pero lo cierto es que durante mi Erasmus, aunque mi grupo de amigos era internacional, ni de lejos estaban representados en él tantos países como lo están aquí. Nunca antes había tenido amigos búlgaros, checos o húngaros, por poner tres ejemplos. Ahora sí.

Además, estos seis meses me han dado la oportunidad de participar en un programa de formación muy completo:
  • en formaciones sobre Workbench y bases de datos útiles,
  • en dos visitas de trabajo a Bruselas y a Estrasburgo,
  • en visitas a otras instituciones y agencias europeas,
  • en cursos de idiomas voluntarios y gratuitos entre becarios (gracias, Sónia, por iniciarme en una lengua tan bonita como tu portugués nativo y gracias, Catherine, por ayudarme a refrescar un poco mi olvidado francés),
  • en charlas de terminología y en cuatro proyectos terminológicos,
  • en otras conferencias y formaciones de carácter optativo. 


En cuanto a este último punto, destaco sin duda haber podido asistir a la serie de cursos denominada Transface (Translating Statistical, Financial, Accounting and Economic terminolog from English for non-experts), en los que, de la mano del fantástico y recién jubilado João Gomes, nos hemos adentrado un poquito en ese para mí tan confuso campo de las finanzas y hemos entendido algo mejor cómo se mueve el mundo y, por supuesto, como traducirlo. Con él aprendí a tener en cuenta cuándo hay que traducir «fiscal» por «presupuestario» o que hay que tener muy presente si traducimos sobre contabilidad nacional o privada porque gran cantidad de terminología varía de un caso a otro.

En cuanto a la labor de traducción propiamente dicha, he traducido en estos meses, sin duda, muchísimo más que durante toda la carrera. El hecho de enfrentarme a traducciones diversas cinco días a la semana, ocho horas al día, con plazos a veces más amplios y a veces más cortos, ha contribuido por fuerza a aumentar considerablemente mi rapidez, mi eficacia, mi capacidad de documentación y la calidad de mis traducciones. Solo espero, por favor, que no se haya llevado también consigo alguna dioptría más, que no estoy como para seguir perdiéndolas a lo tonto.

Termino con una batería de cositas puntuales que me vienen a la mente: 
  • He salido más confundida de lo que he entrado en cuanto al uso de las mayúsculas en ciertos casos, sobre todo en cuanto a cargos.
  • Las construcciones del estilo «es por ello por lo que» son un galicismo que debe evitarse.
  • Hay que prestar atención a los adverbios acabados en -mente para no abusar de ellos. De hecho, hay quien los tiene totalmente (ejem) desterrados. Yo no veo la necesidad de llegar a ese extremo.
  • La Comisión y el Consejo «adoptan», mientras que el Parlamento «aprueba».
  • Aquí, en general, se tiende a la parquedad de comas más que a abusar de ellas. A mi juicio, a veces se suprimen con demasiada ligereza.
  • Hablando de puntuación: cada vez me convenzo más de que, en general, la gente no sabe puntuar. Los textos originales (y debo decir que sobre todo los franceses) eran un verdadero desastre en cuanto a puntuación. Creo que en otras lenguas faltan normas más claras y mejor explicadas.
  • Debe buscarse, a mi juicio, un sano equilibrio entre palabras y verbos muy comunes, como «hacer», «dar» o «decir», y sus primos hermanos «de alto standing» como «elaborar», «conferir» o «argumentar». Vamos, que ni hay que utilizar continuamente estos verbos más, si queremos, «baúles», ni mucho menos hay que desterrarlos y sustituirlos siempre sin piedad por otras palabras más largas y refinadas, que en determinados casos quedan ridículas o incluso son incorrectas.

Esto no es más que una ínfima parte. Hay que sumar a estos elementos todo ese batiburrillo impreciso de experiencia y saberes que comentaba al principio. En cualquier caso, mi balance es descaradamente positivo.

Ahora, una nueva aventura comienza para mí. Les invito a acompañarme hacia este incierto pero emocionante futuro.

domingo, 17 de marzo de 2013

¿Qué traduce realmente un becario del PE?


Como ya adelanté en la entrada anterior, y ahora que esta experiencia europea va llegando ya a su fin para mí, hoy me gustaría compartir con todos algunos de los documentos que he tenido la oportunidad de traducir en estos meses. Tratándose de una institución tan importante como el Parlamento Europeo, tengo la suerte de que muchísimos de los documentos que traduzco son públicos y de libre acceso en Internet. Aparte de lo reconfortante del hecho en sí de saber que lo que hago es real y está accesible al público, esta circunstancia me permite redactar la entrada de hoy sin problemas e incluyendo ejemplos reales. Así pues, pasaré a explicar un poco los tipos de textos traducidos, con sus características más peculiares, y pondré algunos ejemplos de traducciones que me ha tocado hacer a mí.

En caso de querer consultar los textos originales, casi siempre basta con cambiar el ES que figura al final de la url del documento por un EN (en caso de que el original sea inglés, si no lo es lo avisaré).

Actas
Por desgracia, este tipo de textos es sin duda, de los más aburridos y de los que menos desafíos traductológicos presentan, pero a la vez uno de los que con mayor frecuencia traducimos los becarios. Se trata de actas de reuniones, especialmente de las reuniones de las comisiones parlamentarias. Tienen muchas frases tipo que se repiten de una vez a otra, así que para estos documentos son fundamentales las memorias de traducción. Además, siempre se «precocinan» (explicación en esta entrada) antes de pasarlos al traductor. Es importante sobre todo comprobar los epígrafes, en especial cuando hacen referencia a documentos oficiales, y adecuar la fraseología a la habitual para este tipo de textos dentro del PE.
Les dejo con dos ejemplos:
Acta de la reunión de la Comisión de Transportes y Turismo de 5 de noviembre de 2013 (esta es especial porque a la parte correspondiente a la tarde del 6 de noviembre era a la que le tocaba asistir a mi grupo durante nuestra misión a Bruselas)


Peticiones:
Todo ciudadano europeo tiene derecho a escribir a la UE si considera que se ha cometido una infracción de la legislación de la Unión. (El derecho a petición aparece bien explicado en el margen derecho de la página web de la Comisión de Peticiones). Normalmente, el texto que nos llega a nosotros se compone de tres o más partes, de las cuales solo traducimos la última. El resumen de la petición y la admisibilidad vienen ya traducidas y a nosotros, aparte de revisar estas partes que ya están hechas, nos toca traducir la respuesta de la Comisión. En ocasiones hay varias respuestas, en cuyo caso solo se traduce la última, porque todas las anteriores se tradujeron ya en su momento. Hay peticiones para todos los gustos y colores, de todos los temas imaginables. Les dejo con algunas.
Por último, un regalito para todos mis compatriotas. Esta no la traduje yo, porque el original era español, pero dejo la versión inglesa, traducida por una de mis compañeras becarias británicas.

Preguntas
Los diputados al PE tienen la opción de hacer preguntas, sobre todo a la Comisión y al Consejo, pero también a otras instituciones como el Banco Central Europeo, sobre asuntos de actualidad. Esperan de ellas una respuesta oral o escrita. Las preguntas, que consisten en un pequeña introducción del tema y en la pregunta o preguntas en sí, nunca exceden una cara de folio. Son interesantes de traducir por su variedad y por la relevancia y actualidad de las cuestiones que se plantean. En estos meses hemos aprendido que a ciertos diputados les gusta preguntar más que a otros y hemos llegado a hacernos verdaderos amigos de algunos de ellos.


Notas informativas de la biblioteca
La biblioteca del Parlamento publica notas informativas sobre asuntos de actualidad, de todos los ámbitos de las políticas de la UE. Existe una primera versión de estas notas informativas, que suele ser de varias páginas, pero es común escribir también un resumen de un solo folio, a dos columnas. Este tipo de resúmenes es el que nos ha tocado traducir varias veces. Se trata de documentos interesantes, a veces bastante especializados. Por suerte, no se espera de nosotros que la versión española no pase de un folio, como la original inglesa, porque esto al final nunca es posible sin suprimir información, por muy conciso que se pretenda ser. Por otro lado, en estos textos abundan los hipervínculos a otros documentos, que no solo debemos mantener en nuestra traducción sino que hemos de cambiar por el de la versión española del documento de referencia siempre que esta exista.

Resúmenes de estudios:
Algunas veces (pocas, he de admitir) me ha tocado traducir el resumen de alguno de los estudios que llevan a cabo las comisiones parlamentarias sobre un asunto en particular. Para mí, la ventaja de este tipo de textos 
es que, al ser un poquito más largos (aunque el ejemplo que he puesto precisamente de largo tiene poco), te permiten ahondar más en el asunto que se trata, documentarte y aprender. Además, es siempre un placer traducir un texto bien redactado, en oposición a, por ejemplo, un acta, que contiene poco texto real. La parte negativa, como es lógico, es que puede que el tema tratado no nos interese para nada, pero por algo se supone que los traductores somos curiosos por naturaleza y estamos siempre ávidos de nuevos conocimientos.
Por cierto, la portada tan bonita del documento no ha sido cosa mía.


Proyectos de opinión:
Cuando una comisión parlamentaria redacta un documento (por ejemplo, un informe, una propuesta de resolución, etc.), normalmente pide a alguna otra que tenga que ver con el asunto en cuestión que le dé su opinión sobre las primeras versiones del texto. El proyecto de opinión consiste simplemente en una serie de sugerencias que hace la comisión cuya opinión se ha pedido a la otra (la llamada «comisión competente para el fondo»). Este tipo de texto se compone, como verán, más bien de frases sueltas que comienzan todas con un verbo que describe la reacción de la comisión que opina a raíz de algún elemento particular del documento emitido por la comisión competente para el fondo.
Asistencia jurídica gratuita en litigios transfronterizos (en este caso, el original era alemán y recuerdo que tuve que hacer un trabajo particularmente importante de reestructuración de las frases)


Por último, aprovecho para incluir algunos datos de las estadísticas de traducción que me acaban de facilitar en la Unidad. Estos son los cuatro tipos de texto que más he traducido:
Peticiones:                        53      32,3% del total   à  164,82 páginas
Actas:                              30       20,70%             à  126,66 páginas
Diversos (aquí entran
muchas cosas distintas):    31       18,9%               à  83,44 páginas
Preguntas:                        12       7,2%                 à  8,4 páginas



viernes, 8 de marzo de 2013

Recursos interesantes para traducción institucional (y no solo)

Esta vez vengo con una pequeña recopilación de los recursos más interesantes que he ido conociendo en estos meses de prácticas en el Parlamento. Voy a obviar por completo las bases de datos internas, puesto que el objetivo de esta entrada es ayudar al traductor de a pie, así que no serviría de mucho hablar de las bases de datos institucionales que utilizamos en la UE, pero que tienen acceso restringido para los trabajadores de las instituciones.

Empecemos por algunas que ya he nombrado con anterioridad:

- IATE: En esta entrada ya en su momento hablé de IATE, una gran base de datos que estoy segura que la mayoría conoce ya, incluso desde la facultad. Otra cosa es que la usemos a menudo. Yo no lo hacía, pero en estos meses he descubierto que, pese a que es cierto que hay muchísimas entradas dobles y no actualizadas, sigue siendo muy útil, sobre todo cuando buscamos las traducciones de instituciones oficiales o los significados de muchas siglas y acrónimos relacionados con ellas. Eso sí, conviene cotejar los resultados con textos reales, porque muchas veces, debido a esta desactualización de la que hablo, los términos que propone IATE no son los de uso más común o los más oficiales.

- EUR-Lex: Esta también la he nombrado ya antes, en la entrada sobre la eurolalia. EUR-Lex nos brinda acceso a toda la legislación de la Unión Europea, incluidos Reglamentos, Directivas, Decisiones, Tratados o jurisprudencia. Podemos buscar tanto por palabras clave como por la referencia de los documentos y la interfaz, de uso sencillo, nos permite pasar de un idioma a otro fácilmente y visualizar los documentos de forma bilingüe, a dos columnas.

- Portal Europeo de e-Justicia: Incluso con este nombre tan feo, creo que esta página web es uno de los descubrimientos más importantes que he hecho últimamente. La podemos encontrar aquí, aunque está ahora mismo en proceso de migración desde este otro servidor. Este sitio web es especialmente interesante si necesitamos comparar cuestiones legislativas de dos Estados miembros distintos. En particular a mí me ha sido muy útil el apartado «Sistema judicial en los Estados miembros», dentro de «Sistema judicial». Podemos poner la página en el idioma que queramos, así que es posible leer en español sobre el sistema judicial de cualquier Estado miembro y extraer terminología útil, como por ejemplo los nombres de los diferentes tribunales.

- Sitio web del Parlamento Europeo: Obviamente, este nos hace mucha falta trabajando aquí. Sirve sobre todo para consultar información sobre los diputados al PE y sobre las comisiones y todos los documentos que generan. (De hecho, varios de los documentos que traducimos se encuentran ahí, como por ejemplo nuestras queridas actas. En la siguiente entrada hablaré del tipo de documentos que he traducido y pondré algún ejemplo de acceso público para que puedan echarles un vistazo). 

Completaría la lista con Google, Wikipedia, Wordreference, Dict-Leo, Linguee, la web de la RAE y otras páginas institucionales a las que recurro de forma esporádica, pero creo que, por lo obvio, no es necesario.

Solo me queda la duda: ¿me estaré dejando algo importante en el tintero? Esperemos que no. Si no, no hay mal que por bien no venga y tendré suficiente material para otra entrada.